Hola a todos antes de nada, me gustaría dar la enhorabuena a mi amiga L. por este trocito de sitio en el que podremos compartir lugares con esencia alrededor del mundo.
Llevo viviendo en Arad, región de Transilvania, unos cuatro meses. Quiero hablaros de uno de mis lugares preferidos en esta pequeña ciudad llena de contrastes. Se trata de un mercado al (frío) aire libre rumano.
El mercado está situado lejos del centro y muy cerca de los barrios gitanos (para llegar puedes coger el tranvía número 18). Está abierto de viernes a domingo por las mañana y la entrada cuesta 1 leu (0.22 €). Sin duda alguna, los domingos son el mejor día para perderte en todos y cada uno de los diversos puestos.
Una vez dentro puedes encontrar todo lo que se te pase por tu imaginación, de primera, segura, tercera e incluso cuarta mano. Y es que las cosas nuevas, en lo que a mí respecta, han perdido su encanto.
Productos tales como repuestos de maquinaria, motores, ropa, libros, bicicletas, muebles, objetos de la segunda guerra mundial, vajillas, vinilos, cámaras antiguas, ollas, artículos hechos con las técnicas tradicionales gitanas, fruta, verdura... son una muestra de lo aquí se puede comprar.
Productos tales como repuestos de maquinaria, motores, ropa, libros, bicicletas, muebles, objetos de la segunda guerra mundial, vajillas, vinilos, cámaras antiguas, ollas, artículos hechos con las técnicas tradicionales gitanas, fruta, verdura... son una muestra de lo aquí se puede comprar.
Paseando entre el bullicio de gente puedes ver la esencia de la Rumanía más tradicional y menos europeizada. Los productos alimenticios (frutas, verduras, leche, queso, huevos…) proceden directamente de los campesinos rumanos. Las vendedoras, llenas de arrugas y bigotes, llevan el pañuelo a la cabeza para protegerse del frío.
Y así, una bonita combinación de colores, olores y detalles hacen de este mercado uno de los sitios más bonitos de Arad.
Paula Francos.
Y así, una bonita combinación de colores, olores y detalles hacen de este mercado uno de los sitios más bonitos de Arad.
Paula Francos.