Se fue con 22 años, motivada por la ambición de vivir un cambio, un aire diferente. Pero a los 4 meses se dio cuenta de que algo no estaba marchando bien, de que ése no era el camino que quería seguir, de que aquella no era la dirección en la que quería ir. Es por eso que con un inmenso halo de ganas y de mucha ilusión, Carlota decidió dejarlo todo y marcharse a vivir a Marruecos.
Hoy con sus 24 años, Carlota Miranda tiene una fortaleza y una energía que sin duda, la convierten en una persona especial. Las siguientes palabras y fotografías son cedidas por ella, de su blog No es nada personal. Esperemos que su historia os enriquezca tanto como nos ha enriquecido a nosotros.
MARRUECOS TE DA, TODO LO QUE EL TIEMPO TE ROBA
"En nuestro primer viaje a Marruecos en 2010 no teníamos ningún plan, ninguna reserva, ninguna atadura. Sólo contábamos con un billete de ida y un billete de vuelta. Todo lo demás estaba por decidir y aquella aventura nos cambió la vida. Era nuestra primera noche en el Magreb y estábamos en un barrio humilde de Fez, en pleno Ramadán, rompiendo el ayuno con personas a las que no conocíamos de nada pero que se portaron con nosotras y nos acogieron en su casa como si fuéramos de su familia. No hablábamos el mismo idioma, pero la comunicación era evidente. Pocas horas antes estábamos en España y en aquel momento nos sentíamos tan lejos y a la vez tan cerca... Era otro mundo, otra realidad. Sentí que llevaba muchos años perdiéndome en lugares en los que nunca me hubiera encontrado y que era la persona más afortunada del mundo por poder estar disfrutando de todo aquello.
Como digo, aquel viaje marcó un antes y un después y en poco más de dos años volví cinco veces. Una de ellas durante casi un mes. Marruecos sacude la vida de todo aquel que viaja con la mente abierta y con ganas de ser mejor persona. Es una bomba para tus sentidos; música para tus ojos y paisaje para tus oídos. Un lugar mágico que te rompe los esquemas y te enseña que todo lo que habías aprendido antes era mentira. Un país honesto, hospitalario, tranquilo y lleno de vida. De mucha vida. Un sitio que no merece ser juzgado, sino conocido, respetado y, en la medida de lo posible, entendido.
Nuestro país vecino, con el que tantas cosas tenemos en común, es un gran desconocido. Pero, al contrario de lo que muchos parecen creer, no es un teatro. Es un ejemplo claro de las enormes injusticias que se cometen a muy pocas olas de España. Es un abuso constante que obliga a la gente más humilde a luchar a diario por ser el protagonista de su vida. Es un guión escrito por las mismas manos que lo manejan todo, con ayuda de Europa. Y es que no se nos puede olvidar que África es el pecado de Europa y que, de alguna manera, somos partícipes de lo que está ocurriendo, de lo que están sufriendo muchas personas que sólo quieren su parte del pastel. Una obra inacabada que no necesita más verdades a medias ni secretos mal contados. Una historia llena de matices, en constante evolución. Una evolución lenta, siempre fiel a sus principios más básicos, pero posible.
Si quieres seguir de cerca la historia de Carlota, pincha en su blog: No es nada personal.